La historia de industria automovilística de Corea comenzó en el difícil tiempo posbélico. El primer camión salió en 1958 (Juche 47).
En su carta enviada en septiembre de 1958 a todos los militantes partidistas, el Comité Central del Partido del Trabajo de Corea exhortó a lograr un gran auge en la construcción socialista al idear y ejecutar con osadía los quehaceres acabando con el conservadurismo, la pasividad y el misticismo técnico que impiden el avance.
En respuesta a la misiva, los obreros de la Fábrica de Camiones de Tokchon (aquel tiempo) procedieron a la fabricación del primer camión en la historia de Corea.
No era fácil la fabricación del prototipo por cuenta propia cuando se vio restringido el desarrollo técnico bajo el dominio japonés y quedó destruido todo en la guerra.
No hubo entonces en esa planta ningún experto ni diseño y tampoco se conocía cuáles equipos técnicos se necesitaban para la producción de accesorios.
En tales circunstancias, el Presidente Kim Il Sung visitó la fábrica en octubre del mismo año y dio las instrucciones de producir muchos camiones con las materias primas, materiales, manos de obra y tecnologías propios para convertir la economía nacional en la independiente.
Los diseñadores, técnicos y obreros de la entidad completaron en menos de un mes numerosos diseños y proyectos de innovación técnica y fabricaron las piezas y accesorios de cientos de tipos.
En aquellos días, ellos llamaban como «primogénito de la fábrica» el prototipo de camión que han hecho dedicando toda su alma a los 40 días.
Tras verlo, el gran Líder dijo que la fabricación del camión es un gran acontecimiento para el desarrollo industrial y la revolución técnica y envió un mensaje de felicitación a los obreros, técnicos y oficinistas de la fábrica.
Estimulados por su alta valoración, la clase obrera de Tokchon produjo 3000 camiones en 1960, casi 2 años después de salida de la primera muestra.
Ese milagro comprobó que no hay dificultad insuperable para el que está armado con el espíritu de autoconfianza.